El Triángulo de las Bermudas se ha convertido en un verdadero enigma. Esta zona con forma de triángulo y cerca de 1.100.000 Km², se localiza en el océano Atlántico Norte, y se extiende entre Miami, Puerto Rico y las Islas Bermudas.
Las primeras menciones que se documentaron sobre el Triángulo de las Bermudas, también llamado el “Triángulo del Diablo”, son de 1950. Pero desde mucho antes ya se sabía sobre la desaparición de barcos, aviones y pequeños botes, bajo extrañas circunstancias. Esto poco a poco fue despertando el interés y la curiosidad hasta crear una gran leyenda.
El término “Triangulo de las Bermudas” se atribuye al escritor Vincent Gaddis, autor del libro “Horizontes invisibles: los verdaderos misterios del mar”. Allí le dedica un capítulo al “mortal Triángulo de las Bermudas”.
El comienzo de la leyenda
Unos años después, en 1974, se popularizó el mito. El motivo fue la publicación del libro “El Triángulo de las Bermudas”, del escritor neoyorquino Charles Berlitz. En esta obra se recopilaron varias desapariciones. Aunque en los últimos años se ha demostrado que muchas de estas informaciones resultaron ser falsas.
Según algunas estadísticas, se cree que desde mediados del siglo XIX, al menos 50 naves y 20 aviones se han “perdido” en esta recóndita área geográfica. Algunos hablan de más de 200 incidentes, entre aviones, buques y pequeños barcos que simplemente se desvanecieron. Aparentemente algunos de esos casos pueden explicarse, pero otros no.
Las razones son muy diversas. Fenómenos meteorológicos, secuestros de piratas marinos modernos o simples errores humanos están dentro de las opciones. Otras versiones son un poco más fantásticas y alocadas e incluyen ovnis y secuestros extraterrestres. Lo cierto es que durante años se han construido diferentes teorías para tratar de descifrar lo que allí ocurre. En este artículo te contamos sobre algunas de ellas.
Vórtices magnéticos
Se cree que esta teoría fue popularizada por el biólogo Ivan T. Sanderson. El científico creía que los extraños fenómenos que ocurrían en el Triángulo de las Bermudas eran el resultado de lo que él denominó “vórtices viles”.
Estos vórtices no eran más que corrientes extremas junto a variaciones de temperatura que terminaban afectando los campos electromagnéticos. En palabras de Sanderson se trataba de “tremendas corrientes frías y calientes que atraviesan las zonas más activas”, y que podrían crear la gimnasia electromagnética que afecta instrumentos y vehículos”.
Posteriormente se demostró que el Triángulo de las Bermudas no es el único lugar del mundo donde esto ocurre. Incluso, luego se supo que hay al menos 10 lugares en todo el planeta en los que se produce este fenómeno.
Nubes hexagonales
La teoría de las nubes hexagonales se basa en fotografías satelitales proporcionadas por la NASA. Los meteorólogos aseguran que en estas tomas se observaron espacios hexagonales vacíos que pueden ser los responsables de crear “bombas de aire”. Se cree que la fuerza de estas bombas puede superar los 160 kilómetros por hora, por lo que pueden derribar aviones.
El estudio de las imágenes de satélite ha revelado que algunas de estas nubes alcanzan entre 32 y 89 kilómetros de diámetro. Las bombas se forman por lo que se llaman microburbujas y son “ráfagas de aire que bajan del fondo de una nube y luego golpean el océano y crean ondas que a veces pueden ser de tamaño masivo a medida que comienzan a interactuar entre sí.”.
Trombas marinas
Las trombas marinas son conocidas como “mangas de agua”, y también se han utilizado para explicar lo que ocurre en el Triángulo de las Bermudas. Este fenómeno meteorológico absorbe agua a muchos metros de altura en el aire. Es una especie de “embudo” que contiene un intenso torbellino, por lo general conectado a una nube.
Usualmente estas especies de columnas giratorias se forman en aguas cálidas y su fuerza es considerable. La alta nubosidad produce fuertes movimientos de rotación y se genera el llamado “tornado de mar”.
Se distingues diversos tipos y en todos ellos hay un elemento en común, y es que en teoría se cree que pueden hacer que una embarcación desaparezca con una facilidad sorprendente, tal como ha ocurrido con el Triángulo de las Bermudas.
Explosiones de gas metano
En 2016, científicos de la Universidad del Ártico, descubrieron gigantescos cráteres submarinos en el mar de Barents, cerca de la costa de Noruega. Estos cráteres de 800 metros de diámetro y más de 45 metros de profundidad, serían consecuencia de la explosión de los depósitos de gas metano que se encuentran debajo de la superficie del agua.
De acuerdo con esta teoría, algo similar es lo que ocurre en el Triángulo de las Bermudas. Al producirse una “reacción química de los hidratos de gas”, se crea una avalancha de metano que calienta el océano.
Esto justifica el porqué de los naufragios de las embarcaciones. La condensación de los gases forma burbujas que impiden que los barcos se mantengan a flote, y las fisuras en el suelo marino hacen que las naves pierdan estabilidad y sean succionadas al fondo del océano.
En el caso de los aviones, los científicos han señalado que “si la erupción de metano es lo suficientemente grande y densa, puede alcanzar grandes alturas sobre el nivel del mar, atrapando por lo tanto también a los aviones”.
Olas rebeldes
La teoría de las “olas rebeldes” es una de las más recientes. Antes se creía que se trataba de un mito, pero investigaciones científicas han demostrado su existencia. El documental británico “The Bermuda Triangle Enigma”, muestra evidencia sobre esta teoría.
En la cinta se señala que la desaparición de las embarcaciones se debe a la acción de gigantescas olas que se convierten en “paredes de agua”. Simon Broxall, oceanógrafo de la Universidad de Southampton que formó parte del proyecto, explica que “las olas han llegado a medir más de 30 metros”.
Junto a otros colegas, Broxall recreó dichas olas en un laboratorio. Tras los estudios, descubrieron que mientras más grande es la embarcación, más difícil es mantenerla a flote. Una ola promedio de 12 metros tiene una fuerza de solo 4 toneladas por metro cuadrado. Pero estas “olas rebeldes”, también llamadas “olas asesinas”, pueden tener una sorprendente fuerza de 87 toneladas por metro cuadrado.
Tal parece que con el paso de los años el auge de misterio que rodea al Triángulo de las Bermudas poco a poco se ha ido desvaneciendo. Las investigaciones científicas parecen haberle ganado a la fantasía. En todo caso, se ha demostrado que no se trata de un lugar más peligroso que cualquier otra parte del océano.