Belén Esteban es perseguida por la sombra de su ex marido Fran Álvarez. Entre 2008 y 2013, año en que ambos decidieron poner fin a su noviazgo, ella mantuvo una relación con el camarero, porque cada vez que estaban juntos era como una verdadera bomba de tiempo. Ninguno de los dos estaba bien. La semana pasada, la chica de Paracuellos no apareció ni un solo día en la televisión, aunque se dijo que podría protagonizar un Deluxe, pero ella se negó rotundamente. Sabe que todo lo que dice puede ser malinterpretado, y no quiere que eso suceda. Por eso prefiere dejar pasar el tiempo y dejar que las aguas se calmen.
Quien si es la primera vez que habla y no ha dejado a la princesa del pueblo en muy buen lugar, es la actual amiga de Fran, Nuria. La conoció en el programa de desintoxicación. Según algunos medios de comunicación, ella es la paciente de la que se enamoró, y por esta razón se le negó la continuación de la terapia. Lo negó rotundamente.
Fue Aurelio Manzano, colaborador de Viva la vida y gran amigo de Fran Álvarez, quien explicó cómo se siente Nuria hoy. «Estoy devastada, es como un sueño del que tengo que despertar, no es real», y asegura que aún está «en shock». También fue honesta acerca de su relación con la familia de Fran: «Ellos me aman porque saben cuánto lo amé y cómo lo cuidé hasta el final».
Nuria niega estar involucrada en programas de desintoxicación. Ahora que volvía a entrar, quería acompañarlo cuando viniera a Madrid en sus vacaciones para que pudiéramos estar juntos. De lo contrario no podríamos hacerlo. La única suerte que tuvo en esos ocho meses fue conmigo. Tuvimos momentos maravillosos y él quería luchar por nuestro amor. Me dijo que yo era su luz. Estoy muy dolida ahora mismo y no creo en lo que ha pasado.
Según algunos medios de comunicación, Miguel Marcos ha tocado fondo por culpa de Belén Esteban. Al parecer se dice que la de paracuellos lo vetó para que no pudiera entrar en algunos espacios. Por ejemplo, recibió una tentadora oferta para participar en Supervivientes, pero la colaboradora no quiso, y le dio un ultimatum a la cadena y a él mismo. Hubiese sido una gran oportunidad para el camarero porque podría haber estado tres meses en un lugar completamente aislado, sin ningún tipo de adicción.